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lunes, 26 de agosto de 2013

El Mito del Macho Alfa





En este tiempo, donde las dos coaliciones políticas del país están disputando el trono de La Moneda con rostros femeninos, se ha vuelto a hablar del rol de la mujer, de los derechos de las féminas, de la igualdad de género y tópicos de ese calibre.


                El que se esté hablando de estos temas me trajo a la mente un pensamiento que hace algún tiempo me está rondando todo lo que se llama la mentalidad, el pensamiento del mito del Macho Alfa, pero para empezar a hablar de esto primero tenemos que hacer una ubicación contextual para que todos sepamos de lo que se está hablando.


                Cuando hablo de Macho Alfa me refiero a aquel hombre (género) que lidera la tribu, yo no tengo ningún grado de antropología ni sociología ni nada, pero me voy a atrever a describir aquello a lo que me refiero cuando hablo de esto. En las tribus antiguas, el hombre era el macho proveedor, aquel que salía a cazar junto con sus compadres y luego llegaba a la tienda y entregaba el animal para que la mujer hiciera lo que bien sabía hacer, distribuir el animal en todas sus partes para que este sirviera en un 100%, su pelaje, sus vísceras, su carne, etc., luego se alimentaba a la familia, al resto de la tribu y todos eran felices, alabado era el Macho Alfa, y las venias correspondientes se hacían. ¿Pero era tan así el asunto? ¿Cazar un animal y entregárselo a la mujer era ser el líder?  No lo creo tan así.


                Es verdad que en términos físicos el hombre tiene (o puede llegar a tener) muchas más masa muscular que una mujer, con todas las ventajas y desventajas que ello trae, la fuerza y la agilidad por ejemplo, pero ¿los músculos te hacen Alfa? En un contexto en donde la fuerza fuera lo más importante todos coincidiríamos que así es, pero ¿Cuál es el verdadero poder en una tribu? Antes de responder a esa pregunta vamos a hacer este texto un poco más actual. A nadie le gusta que le manden a hacer cosas cuando la misma persona puede hacerlas, petitorios como “hazme un pancito”, “pásame el control remoto” o “anda a comprarme unos cigarritos” son frecuentemente rechazadas por el interlocutor blandiendo un argumento que tiene como base la evidencia de que lo puede hacer uno mismo pero no se hace por una cuestión de flojera y/o comodidad. Sin embargo cuando el petitorio tiene doble ganancia, se hace sin meditarlo, aunque la ganancia sea de tipo psicológico,  me explico. Cuando uno está en un grupo de amigos en donde hay mujeres y hombres y alguno está tratando de abrir algún artefacto con tapa rosca y este no se abre, todos los hombres querrán hacerlo, y hacerlo con éxito, porque así tienen la ganancia psicológica de ser el hombre más fuerte del grupo, por lo cual, en la psiquis del sujeto, se marca la diferencia con los demás hombres: yo abrí la botella, yo soy el más fuerte, ergo yo soy el Macho Alfa. 


                Tomando en cuenta este último párrafo y sus corolarios podemos volver a la pregunta que dejamos pendiente,  ¿cuál es el verdadero poder en la tribu? Milton Mamet lo dice bien claro en The Walking Dead, “toda caja de herramientas necesita un martillo”. El martillo es el Macho Alfa, esa herramienta tosca y a veces torpe que debe hacer el trabajo pesado, el verdadero poder en la tribu (para responder a la pregunta) es el de la distribución del alimento, el verdadero poder es poner mirarte a la cara y decirte: tienes derecho a comer esta cantidad de carne, tienes derecho a ponerte esta cantidad de piel, y vas a comerte las putas pantrucas porque las hice yo, y si no te gustan mueres de hambre. La inteligencia es un tópico bastante delicado de medir, ya que ni las notas de la universidad si el puntaje de la PSU, ni la cantidad de dinero que ganas te hace acreedor de ella, pero podemos estar de acuerdo si decimos que relativamente inteligente aquel que se expone al peligro la menor cantidad de veces, y también podemos decir que inteligente es aquel que puede controlar la mayor cantidad de gente sin que esta se dé cuenta (desde un punto de vista medio sociópata controlar a los demás es una suerte de inteligencia). Si para aprovecharnos de los demás les decimos a nuestros amigos que hagan cosas por nosotros sólo para que ellos en sus cerebros primitivos piensen que son Alfa, ¿quién es el verdadero Alfa? ¿Aquel que sólo demuestra tener un poco de fuerza o aquel que te hace pensar que eres superior pero en realidad entiende tus pensamientos mucho mejor que tú? Siempre cuando no queramos hacernos daño en las manos, o simplemente para sentir un poco de poder podemos preguntar quién puede abrir los tarros o las bebidas y podemos estar casi seguros que más de alguno querrá hacerlo, hagan el experimento, los invito.


                Como conclusión puedo decir que en realidad el mito del Macho Alfa es sólo una teoría que tiene como fin que los martillos no se cuestionen su quehacer, y que el matriarcado siempre fue más importante que el patriarcado, antes las mujeres eran las jefas de las tribus, no lo digo sólo yo, hay evidencia que lo demuestra, hay varios cultos paganos que rendían pleitesía a la mujer por su origen divino al tener el poder de generar vidas dentro de ellas, y como dato freak, en El Código Da Vinci sin ir más lejos se puede ver que justamente María Magdalena es un personaje mucho más importante que cualquiera de los demás apóstoles, y el Priorato de Sión la venera de tal manera. Independiente de que uno crea o no, los hechos están ahí, es cosa de poner un poco de atención.

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