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martes, 17 de septiembre de 2013

Y si no hubiera sido?


Es 11 de septiembre de 1973. Gloria vive en Iquique y como todos los martes, luego de hacer la fila, lleva a su casa el almuerzo para su padre. Comen alegremente y comentan algunos chismes de sus vecinos. Horas más tarde, al atardecer, Pedro escucha junto a sus amigos su disco favorito de música. Una tarde como cualquier otra en Santiago. Las noticias de la noche comentan sobre el clima y las próximas fiestas patrias. A las 10 pm, Jorge recibe el beso de buenas noches de su madre, en el floreciente sur. En el país hay problemas de abastecimiento y descontento en algunos sectores. Gente optimista, creen que en el tiempo eso pasará.

Es 11 de septiembre de 2013. Gloria está en el doctor revisando su osteoporosis. Pedro está en una comida para celebrar los 30 años de egresados de su liceo. Jorge es un arquitecto visitando la obra de su último proyecto. Un día como cualquier otro en Chile. Aunque costó bastante, el país se recuperó de sus problemas, pero con un uso sustentable de los recursos naturales y un enfoque en la educación, salió adelante. Un día como cualquier otro.

¿Cómo habría sido todo sin el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973? La verdad no podría predecirlo, pues prácticamente no lo viví y tampoco viví la época previa. Pero estoy segura que muy diferente.

En mi familia tuvimos mucha suerte. Mi abuelo era director de la escuelita rural muy pequeña, cargo gracias al cual, estuvo con Allende en algunas ocasiones. Contaba incluso con fotos junto a él, las que luego quemó por miedo. Cuando ocurrió todo, mi madre estaba interna en el Liceo de niñas, por allá en la "gran ciudad" de Chillán.

Por otro lado mi padre vivía en Arauco y no recuerda mucho (era pequeño), salvo que varios años de su niñez los pasó escondido escuchando tiros alrededor.

Si bien ambos lados de mi familia experimentaron durísimos años como gran parte de los chilenos, con miedo constante a perder sus vidas y seres queridos (algunas tías eran muy cercanas al MIR y pasaban en peligro), incluyendo los problemas de alimento y dinero como tantas otras personas, podría hasta dar gracias de que no haya pasado más allá.

No tengo una historia familiar "terrible" que contar, aunque no por ello estoy menos cierta del horror vivido. (El terrible es en comillas pues muchas experiencias si fueron horribles, mas ninguno desapareció o murió). Es claro que algo así no puede volver a suceder.

¿Cómo habría sido todo sin el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973? Posiblemente un país que no adolesce de tantas heridas y quizás mucho más unido, no dividido en dos bandos que se tienen sangre en el ojo. Si bien somos todos libres de pensar lo que nos plazca, para crecer como país no es sana la disputa constante por mostrar quien tiene el ideal más válido. Viéndolo desde otro punto de vista, quién sabe, quizás algo peor pudo haber sucedido, si es que es posible algo peor. 

Mi generación creció con las historias de sus respectivas familias, con el dolor por quienes incluso no conocieron. Pero crecimos en libertad, con voz y palabra. Y les agradezco profundamente a todos quienes lucharon y varios que dieron su vida para que hoy sea posible. No puedo traer de vuelta a las víctimas ni anular el dolor de los que aún viven, pero si expresar mi aprecio y respeto para todas las familias que sufrieron y sufren y que con mucha fuerza hoy siguen en pie, con el hermoso recuerdo de quienes amaron.

#pantostado
 

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