Cuando
era chica siempre me pregunté si las monjas tenían pelo debajo de sus tocas. Yo
creo que me daban un poco de miedo. Recuerdo que una vez veraneaba en unas
cabañas y llegó una legión de monjas de vacaciones, con sus hábitos y todo.
Para mi fue un poco loco darme cuenta que las monjas iban a la playa y que
cuando se iba la mayor parte de la gente, usaban traje de baño. Y claro, ahí vi
que tenían pelo, corto como los hombres, pero tenían. Relativo a esto mismo del
pelo también tuve la típica pregunta de si la gente rubia, es completamente
rubia (if you know what I mean), aunque claro, eso fue mucho más grande ya.
Y
así otras cosas diversas, que con los años se han ido esclareciendo. Lo fome es
que muchas veces descubrir la realidad es muy decepcionante, porque nuestra imaginación
casi siempre es más creativa o divertida. Mientras algunos niños pensaban que
si excavaban llegarían a China o algo así, yo creía que si cavaba un poco de
tierra, aparecería una superficie azul o de otro color, con meridianos y
paralelos, como los globos terráqueos que mostraban en la escuela, con límites
de regiones y todo. Obviamente tras varios intentos de no encontrar nada me di
por vencida y nunca más tomé en cuenta el mapamundi. Una decepción/sorpresa
parecida debieron sentir cuando descubrieron que la tierra era redonda.
Cada
nuevo descubrimiento me mostraba a la vez nuevos misterios. Mi abuela en
particular, me parecía un ser lleno de magia. No entendía por qué cocinaba el
mote en una gran olla, lo ponía dentro y luego le lanzaba un montón de ceniza.
Eso no me calzaba, pues nosotros lo comíamos después!!! A veces cuando iba a la
iglesia con ella, la veía comulgar y me preguntaba siempre qué sabor tendría la
ostia y qué diablos era lo que hacían cuando volvían de comerla y se quedaban
arrodillados y callados mucho rato. La probé y sólo le hallé sabor a plumavit.
Otra decepción.
La
primera vez que tuve alguna idea del sexo fue en algún momento con mis amigas.
Muchas se reían de la escena de Titanic en que los protagonistas están
encerrados en un auto y una mano toca el vidrio empañado. Yo no entendía nada
en verdad y fue leyendo libros que llegó a mi todo ese tema. Mi curiosidad no
se cansó obviamente y recuerdo que cuando vi una película porno por primera
vez, pensé… y eso era? Quizás el argumento no era muy potente (un siquiatra que
se acostaba con todas sus pacientes) pero qué película porno tiene argumento?
Otro misterio se resolvía y no era como lo esperaba.
Aunque
claramente la edad quita la inocencia, a diario surgen misterios sin resolver. La
maravilla de la incertidumbre frente a las decepciones, esa deliciosa sensación
de “lo que pudiera llegar a ser”, muchas veces hace parecer mejor opción
quedarse con la duda, soñar, inventar mundos y emociones. Como dicen la
curiosidad mató al gato, y a veces mata la sorpresa. Sin embargo, es inevitable
(y deseable) acumular experiencia; y
para vivir una realidad inventada, están la imaginación y los sueños. Y aunque
sea cliché, al menos eso tengo claro: no quiero dejar de soñar.
#pantostado
Foto por: Miguel Rodríguez
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