En términos generales podríamos
definir la evolución como la supervivencia del más apto, esto quiere decir que
de entre dos sujetos de la misma especie, sobrevivirá aquel que tenga alguna
característica que lo haga afrontar mejor alguna situación, así la gacela más
rápida se salva de ser comida por el depredador y la gacela más lente muere en
las fauces del leopardo, simplifiquemos el ejemplo y diremos que la velocidad
es generada, en una parte, por la musculatura de la gacela, y si tomamos la
musculatura como un rasgo hereditario, las crías de la gacela serán (o tendrán
la potencialidad) de ser igual o más veloz que la madre o padre gacela.
Nosotros como especie somos producto
de la evolución, hemos llegado a lo que somos gracias a las muertes de los máximos
exponentes de la ineptitud, y damos gracias a los cielos porque no pudieron
reproducirse.
Pero, ¿estamos evolucionando? Es
verdad que los procesos evolutivos llevan millones y millones de años, pero aún
así es posible ver su avance, y esos son los tantos ejemplos que Darwin expone
en su libro, entonces me hago esta pregunta, ¿estamos evolucionando?
Podemos decir que lo que determina
qué es lo apto y qué no es el hábitat, no diremos medio ambiente porque suena
un poco restrictivo, ya que la relación con las otras especies y con el medio
son influyentes en lo que se toma como apto y lo que no.
A modo de respuesta a esta pregunta
sólo puedo presentar algunas evidencias que me hacen dudar un poco sobre la
capacidad evolutiva del ser humano y predecir cómo nos iremos volviendo cada vez
más aweonaos.
El hombre ha ido modificando su
entorno física y culturalmente, hace ciudades, construye empresas, modifica el
planeta, crea pueblos en los márgenes de mundo y hace pequeños oasis que
representan la conquista del hombre de los páramos más aislados del mundo,
gracias a esto podríamos decir que el entorno en tanto clima y alimentación no
puede mermar mucho en la mortalidad de aquellos que no son aptos, ya que
prácticamente hay acceso a todo en todas partes, por lo tanto el que alguien se
alimente, se abrigue y se guarezca no depende de una capacidad física
adquirida, sino a una cuestión de orden cultura y en última instancia de índole
económico, podré comer (cazar), y vivir “bien” si tengo el capital económico
para hacerlo, da lo mismo si no tengo ni lanzas, ni musculatura, sólo bastará
un supermercado, una billetera lo suficientemente abultada, y todo está
solucionado, hemos engañado a Darwin una vez más.
La medicina es otra trampa para la
pachamama, “gracias” a la medicina hemos podido alargar nuestras vidas de
manera innecesaria en muchos años. Obviamente nosotros vivimos en un paradigma
en donde la muerte se trata de ahuyentar lo más posible, tanto la propia como
la de los demás, por lo cual cuando decimos que hay gente que vive innecesariamente
nos referimos que hoy en día puede que la gente sobreviva aún cuando por efecto
del medio se ha dictado sentencia de muerte. Esto obviamente es una variable
que es así hace ya mucho tiempo, lo que trato de mostrar es la diferencia entre
los animales que cuando se presenta una situación X mueren porque no eran lo
suficientemente aptos, y los otros animales que sacan un bono y se atienden
para sobrevivir.
Esto muestra (al igual que el primer
ejemplo) que al final la sobrevivencia depende del acceso a, el acceso a la
salud, el acceso al alimento, el acceso a la vivienda etc., al final de
cuentas, podríamos decir que en el homos sapiens sapiens ha cambiado la
definición de evolución y, podríamos decir que no sobrevive el más apto, sino
que sobrevive el que tiene acceso: la supervivencia del que tiene más poder
económico.
EL problema es que el poder
económico sólo se puede entender en función de, por ejemplo, el más rico es más
rico no por una cifra exacta, sino por la relación con el menos rico, por lo
tanto cuando los menos ricos empiecen a perder la carrera evolutiva sólo se
levantará la vara apenas un poco, y así hasta que no quede nadie.
Estamos condenados a pelear por
nuestras propias garras por sobrevivir, la evolución vintage era más justa, los
cambios en el hábitat de las especies era azaroso, podía venir una helada,
podía venir alguna plaga etc., y moría el que tenía que morir y vivía el que
tenía que vivir, ni se enteraban, en cambio ahora tenemos que pelear como
salvajes el último bono para el doctor de turno.
#lalombrizsolitaria
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