El otro día vi Joven y Alocada, si la película
de la evangelais. Y aluciné, así de
simple. Aluciné porque termina con una frase de existencialismo
adolescente/visceral /sensual/e intrépido que dice: “No sé si creo ni en la
Felicidars, ni el la Calma, ni en la Madurasound”. Y la verdad fue simple: Yo
tampoco. Más aun, me permito pensar que muchas gentes están en la misma postura
frente a la vida. ¿Qué son estas cosas?, ¿alguien las posee?, ¿alguien al menos
las conoce?.
Quizás la Pilar Sordo, Cohelo, el librillo El
Secreto y algunos neo-fans de Jodorowsky pueden responderme que existe alguna
fórmula para alcanzar estas palabras y transformarse en todo un Adulto Exitoso.
Sin embargo, ¿para qué? ¿existe realmente una persona así?, ¿es alguna fórmula
mágica para pertenecer a alguna logia?, ¿algo mejora?, ¿algo empeora?. Francamente,
no me interesa. Ni ser Adulto, ni ser Exitosa. Pienso que ambas son categorías
arbitrarias que se enmarcan en una moral plástica y ambigua, taaaan
característica de estas épocas… en realidad tan característica de la humanidad.
Cuando se aspira a ser una buena persona (qué concepto éste, ¿no?) se aspira a
un ideal laxo, a un modelo inventado, re-inventado, regurgitado y vuelto a
crear.
Afrontémoslo, somos Homo sapiens sapiens (la mayoría) y punto. Existimos. Existimos a
como dé lugar. En el fondo da lo mismo cómo transitemos la vida, al morir esa
dinámica se acaba y ya está. Finalmente, nada importa, tú, yo, todo y todos
somos perennes. Podemos hacer cosas útiles, podemos hacer cosas inútiles pero
en el fondo lo interesante es que podemos hacer cosas. Variamos, mutamos, nos
estancamos y mucho más, somos personas, sólo eso, seres vivos en un planeta que
nos sumerge entre otros seres vivos. Así estamos: A la deriva.
Ahora bien, no me malinterpreten. No escribo
esto con un ánimo abúlico o algo por el estilo. Muy por el contrario, entrego
estas ideas revueltas en líneas, con harta euforia y una ligera sensación de
descanso. El plasmar esta barata reflexión y compartirla con ustedes me invita
a la despreocupación, a hacer las cosas de la forma en que pueda/quiera/sienta/crea
que hay que hacerlas. A vivir y a vivir nada más. Si a ustedes les interesa,
pueden sumarse a la cruzada.
Nota: Á deriva es una película brasilera sobre
una separación. Sale mucha gente bonita y todo el rato están en traje de baño. En
la playa.
#supropinaesmisueldo
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